Almería en la mirada de José María Mellado
José María Mellado ha vuelto a Almería para caminar por ella una vez más. En esta ocasión ‒que no es, desde luego, la primera‒ ha sacado a pasear su mirada de fotógrafo avezado y andariego por las calles y los barrios más genuinos de su ciudad natal. El resultado de ese recorrido tranquilo y minucioso se compone de una veintena de imágenes que forman un espectacular montaje a base de lonas de gran tamaño que pueden contemplarse en distintos puntos de la capital almeriense.
De este trabajo puede admirarse no sólo la acostumbrada calidad de sus fotografías, sino el curioso juego que nos propone. Efectivamente, Mellado ha situado esas imágenes a lo largo de un trayecto de unos tres kilómetros que atraviesa las calles, plazas, rincones y solares de los barrios donde surgió la ciudad y se originaron sus asentamientos urbanos más antiguos: desde la Alcazaba y la Chanca-Pescadería, pasando por el Casco Histórico-Almedina, hasta llegar a las calles aledañas al Centro; es decir, todo el entramado situado aproximadamente al oeste del Paseo de Almería. Esas son precisamente las zonas sobre las cuales actúa el Proyecto Camina, dentro del cual se enmarca la exposición. Este proyecto nació con la pretensión de eliminar barreras entre distintos barrios de Almería por medio de actividades culturales, haciendo de teatros, calles, monumentos y museos puntos de encuentro para todos los vecinos sin importar su lugar de procedencia. Se trata, en definitiva, tal y como recordará el memorioso lector, de intentar romper esa especie de maleficio que señalaba José Ángel Valente en un lejano artículo de 1996; allí el poeta gallego que quiso vivir entre nosotros denunciaba esa frontera psicológica que separaba y frenaba el acceso de los habitantes de Almería hacia ciertas zonas de la ciudad que consideraba peligrosas o degradadas, impidiendo el intercambio cívico de todos con todos.
La contribución de José María Mellado a esta propuesta se concreta en esta exposición a cielo abierto que podrá disfrutarse durante todo el año en diferentes espacios de la parte antigua de la ciudad.
Hablaba antes de que el fotógrafo nos propone en este recorrido una especie de juego. Y esto resulta del hecho, perfectamente planificado, de que las imágenes que ha realizado se muestran levemente descontextualizadas. Es decir, el autor ha situado sus fotos en puntos distintos del lugar desde donde fueron tomadas, y al hacerlo así patentiza al mismo tiempo un sentido de la composición y un instinto visual verdaderamente notables. De este modo las panorámicas y las perspectivas producen en quien las contempla un efecto de sorpresa que ayuda a mirar la ciudad con ojos nuevos y renovados. De repente, una plaza rodeada de edificios se asoma a la anchura del mar inmenso, un recodo olvidado o inadvertido adquiere una significación insólita, un solar yermo aparece cuajado de macetas, o una fachada ramplona o ruinosa se deja atravesar por el cielo de una tarde con gaviotas a la que tal vez se asoman unas niñas sonriendo. Aflora así, como hemos señalado, un sentido lúdico no exento a veces de ironía e incluso de melancolía.
De José María Mellado conocíamos no sólo sus incuestionables méritos acumulados a lo largo de varias décadas de rigurosa y reconocida labor fotográfica, sino también su impulso pionero dentro del campo de la fotografía digital. Tampoco son desconocidas su aptitudes pedagógicas y su apetencia por el viaje, sea de cabotaje, sea de largas distancias y de exótico destino ‒Cuba, Islandia, Vietnam, Japón, Nueva Zelanda, etc.‒, siempre con sus bártulos al hombro y la mirada dispuesta a la aventura visual. Pero ahora ha vuelto a caminar por las calles de su ciudad, ha vuelto a ser convecino nuestro y nos muestra a quienes somos sus paisanos, tanto como a los visitantes de fuera, un puñado de imágenes de otra Almería posible o imposible por las que pasear la mirada. Y que salen a nuestro encuentro incitándonos a acompañarle por los rincones y plazas de la vieja ciudad en un camino que, como quería el poeta, solamente se hace al andar.
José Luis López Bretones.
Ver la exposición Almería en la Mirada.